- En la primera convocatoria se han seleccionado 10 proyectos relacionados con dos ámbitos concretos del sector del vino, el enoturismo y la industria vitivinícola
- Innvid pone el foco en atraer ideas y proyectos que la sitúen como referencia en innovación entre las capitales del vino
Ayer tuvo lugar en la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico la primera de las siete sesiones presenciales de Innvid, la preaceleradora especializada en el sector del vino, creada por el Ayuntamiento de Valladolid. En la convocatoria 2018 han sido seleccionados diez proyectos, aunque la estimación inicial era alcanzar un máximo de cinco, que recibirán el apoyo de un equipo de mentores y expertos para conseguir llevar a buen puerto sus ideas de negocio y creación de empresas. Innvid pone el foco en atraer ideas y proyectos que la sitúen como referencia en innovación entre las capitales del vino.
Concebida como una ‘Startup School’, los participantes han sido introducidos en la metodología Lean Startup, con enfoque pedagógico de ‘clase invertida’, por el cual los encuentros presenciales se dedicarán en gran medida a proporcionar feedback específico a los alumnos sobre el trabajo realizado en sus propios proyectos.
El programa acogerá también intervenciones de expertos del sector del vino y sectores relacionados. El encargado de abrir las ponencias ha sido Alberto Acedo, CEO de Biome Makers, empresa que cuenta con 20 personas, 16 en Valladolid y 4 en EEUU, con perfiles de software, bioinformática, data mining, enología, microbiología, genética, marketing/comunicación y finanzas, y que a través del análisis del microbioma - la comunidad de microorganismos que influyen en los procesos agrícolas e industriales-, previene posibles riesgos y da soluciones sostenibles a los agricultores y bodegueros.
En posteriores sesiones intervendrán otros expertos que expondrán la experiencia de Bodegas Protos, Grupo Matarromera, Vinarius, Colleteiros do Ribeiro, Miltrescientrosgramos, además de otros invitados que también aportarán su conocimiento del sector.
Los proyectos seleccionados, que figuran en www.innvid.es, responden a dos ámbitos concretos del sector del vino.
En el campo del enoturismo como destino turístico inteligente, los proyectos abarcan iniciativas muy diversas: unir una bodega familiar y alojamiento rural con la experiencia de usuario permitiéndole crear sus propios vinos; integrar en un solo proyecto cursos de iniciación a la cata y talleres de vino a principiantes e iniciados, diseño de rutas y acompañamiento a enoturistas; y en otro caso, una visión integral de experiencia sobre la milla de oro de la D.O. Ribera del Duero que participa de bodegas, restauración, hoteles y cultura enológica.
Otra iniciativa va más allá y facilita la experiencia enoturística sin realizar desplazamientos, a través de realidad virtual y filmación a vista de dron aéreo. El proyecto aúna un servicio de análisis de reacciones no conscientes del consumidor y el uso de tecnología inmersiva con el objetivo de generar una experiencia personalizada y única al público que visita o quiera visitar una bodega y/o extensiones de viñedos, lo que permitirá su aplicación con fines educativos y a personas con algún tipo de discapacidad.
En el otro campo, la industria vitivinícola, participan desde un prototipo de robot autónomo, basado en inteligencia artificial, que permitirá automatizar el proceso de poda de los viñedos en espaldera, hasta proyectos que se centran en plataformas web y de dispositivos móviles para facilitar la organización de catas entre usuarios cercanos e interesados en el mundo del vino, o aquél que permite visualizar la evolución de la temperatura que ha tenido el vino desde su embotellado.
Los datos son el petróleo del futuro, y así parece en dos de los proyectos seleccionados: uno permite la trazabilidad del vino utilizando dispositivos ‘Internet of things’ (IoT), situados en diferentes etapas de la cadena, que extraerán aquellos datos de interés, que gracias a blockchain se mantendrán en tiempo real accesibles y seguros. El otro recopila y maneja datos aplicados a usos y consumos del vino a través de una app y tiene su principal cliente de ese ‘big data’ generado en la hostelería y las bodegas. Finalmente, otra de las ideas se basa en las etiquetas para catas digitales y enlaces de compras online.