- El Ayuntamiento mantiene abierto hasta el próximo 31 de agosto el plazo de subvenciones a empresas de nueva creación
El dinamismo del tejido empresarial es el motor que impulsa el desarrollo de las ciudades y pueblos. Pero conseguirlo no es una tarea fácil, no hay una fórmula mágica así que este reto compartido para la mayoría de las administraciones públicas para generar nuevas oportunidades de empleo y asentar población es un desafío continúo. La pandemia provocada por el Covid-19 y ahora las consecuencias económicas de la invasión de Ucrania por parte de Rusia son nuevos obstáculos a los que hacer frente en el día a día. Así que medidas como la impulsada a través de la concejalía de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio y su Agencia de Innovación, dirigida a nuevos emprendedores, suponen un balón de oxígeno para quienes deciden poner en marcha su propio negocio. Al menos, así lo entienden dos de los beneficiados de la última convocatoria anual del Ayuntamiento de Valladolid.
Para Pablo Ansorena, al frente de la Estrategia, Operaciones y Economía Circular de Tressesenta, una empresa de servicios orientada al sector agropecuario (agricultura y ganadería) y la industria alimentaria, «la cantidad y el modo de subvencionar es buena para fijar pymes en Valladolid y esto es muy importante. Me parece bastante diferenciada respecto a otro tipo de subvenciones».
Después de una larga trayectoria profesional en puestos de dirección nacional y experiencia en consultoría en Europa y Latinoamérica vio en Valladolid la posibilidad de poner en marcha su propio negocio. «Nosotros para ser profetas en nuestra tierra hicimos primero un mapeado y teníamos claro que queríamos em prender en Valladolid», explica. En esta aventura le acompaña también Miguel González en Ingeniería, Competitividad y Cadena de Valor. Los dos se encargan de ofrecer un servicio global sobre todo en el sector agro. «Al final es poner el servicio de multinacionales a empresas más pequeñas o cooperativas con un centenar de empleados que han crecido muy rápido necesitan organizarse», detalla.
Más allá de una consultoría «es un emprendimiento con una visión senior con una amplia red de contactos y experiencia», señala Ansorena, que define la empresa como «una consultoría artesana en la que ofrecemos so luciones a medida y en función de las necesidades reales de los clientes». Ansorena valora la habilitación de ayudas para quienes comienzan un negocio y según su experiencia, ha sido tan satisfactoria que «hemos recomendado a un cliente que las solicite».
Además, adelanta que ya tiene en el horizonte otra pro puesta de emprendimiento para «una empresa que queremos que esté en Valladolid de cosmética de germinados y CBD». Conocieron la existencia de esta convocatoria a través de la Agencia de Innovación porque «también abordamos temas relacionados con la economía circular y estamos al tanto de las propuestas que desarrollan». Sobre la burocracia que acompaña el optar a cualquier subvención apuntó que, en este caso, «no fue complicado. Estamos acostumbrados a gestionar subvenciones para otras empresas, pero los requisitos son normales», señala.
También para la joven aparejadora Violeta González, que ha puesto en marcha Orgánica Ingeniería en Madera, ha sido de ayuda. «Gracias a esta subvención he podido comprar el equipo informático que necesito. Porque el ordenador es mi herramienta fundamental de trabajo», señala e insiste en que «cuando eres joven y emprendes, este tipo de apoyos son fundamentales». Asentada en Valladolid y con nueve años de experiencia laboral, Violeta ha establecido cuatro líneas de negocio: cálculo de estructura nueva, prefabricada y entramado ligero de madera; rehabilitación de estructuras existentes; asesoramiento técnico y dirección de obra y la cuarta investigación. «Colaboro en proyectos europeos de economía circular y utilización de madera extraída de demoliciones con la universidad Politécnica de Madrid y la Escuela de Ingeniería de Montes», apunta.
Violeta había finalizado un máster en cálculo de estructuras de madera y, después, «tenía claro que quería ponerme por mi cuenta» y la apuesta le ha salido bien, «estoy contenta de cómo me está yendo porque los comienzos son siempre complicados», señala. De momento, reconoce que tiene pendiente la puesta en marcha de una página web, pero «afortunadamente» las oportunidades laborales no le faltan. Con una empresa que cumple apenas dos años de funcionamiento esta joven emprendedora vallisoletana se enteró de la convocatoria de subvenciones «por la gestoría que me lleva las facturas. Y estas oportunidades son una buena forma de empezar. Así que animaría a que se informen y lo intenten», aconseja.
La convocatoria para pymes y autónomos sigue abierta
Hasta el 31 de agosto, las pymes, personas físicas, comunidades de bienes, sociedades civiles u otras entidades económicas sin personalidad jurídica que cumplan los requisitos de la convocatoria, 'Subvenciones a empresas de nueva creación 2022' que hayan iniciado una nueva actividad empresarial o profesional en el municipio Valladolid entre el 1 de julio de 2021 y el 31 de mayo de 2022 ambos incluidos podrán beneficiarse de hasta un máximo de 6.000 euros a fondo perdido (70% del gasto justificado) para financiar los gastos de puesta en marcha del negocio. Una iniciativa que, como novedad en esta convocatoria, pueden optar solicitantes que ya tengan otro tipo de negocio en otra actividad diferente y siempre que generen, al menos, un nuevo puesto de trabajo a jornada completa. Además, aunque este año no podrán imputar se los gastos relativos a inversiones se ampliarán los conceptos de gastos subvencionables a estudios de viabilidad, sostenibilidad, fidelización de clientes y marketing, entre otros. El criterio para la concesión de las ayudas será la fecha y hora de entrada de las solicitudes siempre que el expediente se encuentre completo y correcto. La cuantía de la subvención podrá ascender a 6.000€, en caso de estar en situación de desempleo antes de constituir la empresa y de pertenecer a los siguientes colectivos: jóvenes menores de 35 años, mujeres, mayores de 45 años o tener reconocida una discapacidad igual o superior al 33%; optar por formas jurídicas de economía social, provenir de la adquisición de un traspaso o tener vehículos 100% eléctricos afectos a la actividad. Entre los requisitos están el estar ubicado en el municipio de Valladolid y acreditar un gasto inicial mínimo de 2.500 euros de acuerdo con las condiciones
Texto publicado en periódico El Norte de Castilla. Autora: Andrea Díez