Quienes han probado un vehículo eléctrico para uso profesional lo tienen claro: «No me arrepiento, solo veo ventajas». Una frase en la que coinciden Andrés Gago, de la Autoescuela San Benito, y Miguel Ángel Gómez, de RM E-Bikes, que se encarga del reparto a domicilio del Mercado del Val. Ambos se acogieron a la línea de incentivos impulsada por la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid para incorporar vehículos de 'cero emisiones' a sus flotas profesionales hace tres años y hoy en día solo tienen buenas palabras para el modelo.
Gracias a estos incentivos, habilitados a través del sistema de Acuerdo Marco por el que se retribuye la cesión de datos de uso de los vehículos eléctricos e instalaciones de recarga, se dispone de información complementaria que permite analizar la evolución y el éxito de su implantación.
En el caso de la Autoescuela San Benito, olvidados algunos contratiempos burocráticos iniciales –los vehículos eléctricos no estaban homologados inicialmente para autoescuela, lo que tuvo que solventar con certificaciones de empresas especializadas–, su implantación ha sido un éxito, a juicio de su responsable, Andrés Gago, pues ofrecen alternativas únicas en el mercado de Valladolid y en muchos kilómetros a la redonda, que cada vez tienen más demanda.
«Ha venido gente hasta de Navarra y de Cantabria a sacarse el permiso de AM limitado gracias al Twizy, una alternativa muy útil para personas mayores y en entornos rurales», relata Gago, quien también destaca las ventajas de realizar prácticas con un vehículo automático como el ZOE eléctrico de Renault. «El futuro va por ahí, hacia una movilidad menos contaminante y en la que todos los automóviles tienen el cambio automático. Hay cada vez más alumnos interesados en ello y aunque el permiso es específico (B limitado), se puede completar con una prueba sencilla de habilidad en el manejo de cambios manuales», añade el responsable de la autoescuela.
El reparto de última milla ha experimentado un incremento exponencial en las ciudades con el auge del comercio electrónico. También es una de las áreas de trabajo prioritarias del programa europeo Pe4Trans (Interreg Europe), que gestiona la Concejalía de Innovación y Desarrollo Económico, a través de la Agencia de Innovación, junto a otras ciudades europeas, y donde el caso del reparto del Mercado del Val es uno de los ejemplos de buenas prácticas. De ello se encarga Miguel Ángel Gómez, quien adquirió también en 2020 una furgoneta eléctrica que complementó en 2021 con una bicicleta eléctrica con un gran cajón para llevar los pedidos.
«Con la furgoneta realizo los repartos en barrios más alejados y pueblos del alfoz, mientras la bicicleta es ideal para los repartos en el centro. Se complementan pero he comprobado que en los repartos con bici por el centro puedo tardar la mitad que en hacerlos con otros vehículos», estima Gómez. Además del componente medioambiental, pues ninguno de los dos genera emisiones, el responsable del reparto del Mercado del Val destaca también el ahorro económico, pues los consumos son muy bajos comparados con los de combustión.
Gómez es firme defensor de la ciclologística para el reparto de última milla concebida como un servicio de calidad, eficiente y respetuoso con el medioambiente.
Una de las dudas que puede tener una persona a la hora de adquirir un vehículo eléctrico es su fiabilidad, al tratarse de nueva tecnología, un aspecto en el que tanto Andrés Gago, con sus coches de autoescuela, como Miguel Ángel Gómez, en sus labores de reparto, son contunden tes. «En el tiempo que lo tengo no me han dado ninguna avería y el mantenimiento es menor que un vehículo de combustión», subrayan.
Respecto a la red de recarga, Gómez ve la necesidad de más puntos de carga rápida. Un aspecto que pronto se verá solventado con los primeros que está instalando Iberdrola en la plaza de Poniente, impulsados dentro del Plan de Innovación y Ciudad Inteligente SmatVA, a los que seguirán otros en el entorno del Campo Grande y del Hospital Clínico.
Pe4trans, compromiso por una movilidad sostenible
Mejorar las políticas de transporte público mediante procesos de participación ciudadana es el principal objetivo de PE4Trans (Public Engagement for Sustainable Public Transport), un proyecto de Interreg Europe. Implica que los usuarios aporten su visión en el diseño y planificación del transporte sostenible, con el fin de cambiar sus rutinas y hábitos, y promover el uso de soluciones de movilidad que contribuyan a una reducción significativa de la huella de carbono. Los ejes centrales del proyecto giran en torno a la economía baja en carbono y al enfoque sociológico que incide en el comportamiento de los ciudadanos como factor clave de un cambio de mentalidad. Una de las acciones del proyecto es generar una cartera de buenas prácticas en electromovilidad en distintos sectores. Un abanico de propuestas inspiradoras, casos de éxito, que sirvan de base para transformar el transporte urbano de la ciudad como por ejemplo las flotas de reparto, con un alto impacto en las emisiones de carbono.