Conseguir que las ciudades sean sostenibles, más equilibradas y humanas es uno de los fundamentos de la regeneración urbana sostenible. Un enfoque integral que ha llegado para quedarse. ¿Por qué? Los ingentes retos a los que se enfrentan las urbes del siglo XXI exigen un nuevo urbanismo que garantice una movilidad “verde”, la reducción del consumo energético y la sostenibilidad. Un equilibrio complejo para explorar nuevas formas de vivir y trabajar.
Y un paso al frente al que se ha sumado el Ayuntamiento de Valladolid de la mano del centro tecnológico Cartif. Juntos han emprendido el vuelo para llevar lo más lejos posible al proyecto Remourban, financiado por la Unión Europea a través del programa de investigación e innovación Horizonte 2020, que finaliza este mes tras cinco años de desarrollo. Se trata de una apuesta por la transformación sostenible de las ciudades a través de la eficiencia energética, la movilidad eléctrica y la aplicación de las TIC para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ser punta de lanza de la gestión urbana inteligente, motor del crecimiento sostenible.
En este sentido, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, afirma que «Valladolid es una ciudad comprometida con la defensa del medio ambiente y la sostenibilidad, cualidades que se han visto reforzadas con el desarrollo del proyecto Remourban. La experiencia ha sido muy enriquecedora para diseñar el modelo de ciudad que queremos en el que la innovación resulta esencial en el camino de la sostenibilidad y para afrontar con resiliencia las situaciones imprevistas que pudieran presentarse en el futuro».
De momento, Remourban ha cambiado la vida a los vecinos del poblado de FASA. Más de 400 viviendas con 60 años de antigüedad que han mejorado las condiciones térmicas de los edificios. Además, cuentan con calefacción de biomasa y paneles fotovoltaicos para la generación de energía eléctrica. Dos instalaciones cruciales que requerían de la aprobación de la comunidad de propietarios, sobre todo personas de edad avanzada. «Fue complicado hacerles entender que era interesante e iba a mejorar su calidad de vida. De hecho, un bloque no se adhirió a la parte del aislamiento de la fachada y ahora lo lamentan. Dejaron pasar una buena oportunidad», reconoce Elena Hoyos, técnico del proyecto Remourban de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid.
En esta misma línea se expresa Miguel Ángel García, responsable de Desarrollo de Negocio de Energía en Cartif y coordinador del proyecto, que sostiene que una labor muy importante de este tipo de iniciativas tan innovadoras es la educación y generar conciencia. «Trabajamos mucho en generar credibilidad acerca de los beneficios y los resultados. Compartimos información de casos de éxito y buenas prácticas». Eso sí, en el proyecto tuvieron que adaptar la estrategia de comunicación. En vez de utilizar Internet o medios digitales, como estaba previsto, optaron por generar cercanía y fomentar medidas para trabajar juntos y que los vecinos entendieran el proyecto como suyo. Y es que el reto “no está en la tecnología, sino en trabajar con los ciudadanos para integrarlos en la cadena de valor”. Un enfoque comprometido con el ciudadano desarrollado en la capital del Pisuerga, pero también en Nottingham (Reino Unido) y Tepebasi (Turquía). Las tres han jugado el papel de ciudades faro en la implantación de un modelo de regeneración urbana integral, sostenible y replicable, especialmente en las ciudades seguidoras del proyecto: Seraing (Bélgica) y Miskolc (Hungría).
Ahora echan la vista atrás y ven que todo el trabajo ha merecido la pena. Los beneficios son palpables y todas las partes están satisfechas. Un éxito que avalan los datos, según detalla García: “Los propietarios de las 400 viviendas, casi 25.000 metros cuadrados, han reducido el consumo energético un 30%. A esto se suma que más del 70% de la energía procede de fuentes renovables, lo que ha redundado en ahorros de más del 60% en su factura energética”.
Otro pilar relevante de Remourban es la movilidad urbana sostenible, con un primer hito en el transporte público. En el verano de 2016 se incorporaron cinco autobuses híbridos (dos de ellos con financiación europea); un ejemplo de solución innovadora llave en mano que dibujó nuevas infraestructuras en el plano urbano de Valladolid con los pantógrafos de recarga. La instalación del pantógrafo en la plaza de Uruguay al principio provocó recelo entre los vecinos, como explica Elena Hoyos: “A veces las medidas innovadoras causan desconfianza en los ciudadanos. Por eso, es tan importante comunicar bien los proyectos y adaptar los mensajes de tal modo que se entienda que son iniciativas seguras y fiables” añade.
Miguel Ángel García celebra que el Ayuntamiento haya dado una solución global para reducir las emisiones contaminantes y apostar por una movilidad que mejore la calidad de vida de los ciudadanos: «Es una apuesta muy importante, con una infraestructura bien dimensionada y con los beneficios directos e indirectos de toda ciudad saludable. Este tipo de retos forman parte de las ciudades del presente, no del futuro”.
Otro de los retos que refleja el compromiso municipal con el vehículo eléctrico, ha sido la renovación de la red de recarga eléctrica de uso público, que suma ya 86 puntos. A esto se añaden las dos
Es otro ejemplo de cómo la tecnología se ha puesto al servicio del proyecto para recoger información de todos los resultados en un plataforma digital diseñada por este consorcio internacional.convocatorias que han provocado incluso un cambio de comportamiento con un plan para incentivar la compra de vehículos eléctricos en flotas de reparto comercial, de alto impacto. En este caso, los técnicos optaron por un acuerdo marco muy innovador que puede replicarse en otras ciudades; se trata de un contrato con este tipo de empresas que permite a la administración local recoger los datos de movilidad y la experiencia de los usuarios para mejorar la gestión en este ámbito.
Respecto a otros aspectos como la formación, los técnicos de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico destacan una iniciativa que se centró en los más pequeños para que entendieran diferentes aspectos de la movilidad urbana sostenible. A esta particular escuela se añaden las jornadas de participación ciudadana que se han organizado en torno a la caravana del vehículo eléctrico o el bus turístico innovador. Pasos muy importantes que, en opinión del investigador de Cartif, contribuyen a crear un nuevo concepto de ciudad para dar respuesta a los retos existentes y a situaciones imprevistas, como la actual pandemia que estamos viviendo.
(Artículo de E. Lera, en colaboración con la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico, publicado el martes 21 de julio de 2020 en el suplemento 'Innovadores' de El Mundo)