Profesionales que ayudan a mantener el cuerpo en movimiento
Fisyos Parquesol y Vida Pilates recibieron ayudas del Ayuntamiento de Valladolid, dentro del programa 'Empresas de Nueva Creación'

 

 

Último trimestre de 2019. Saori Ruiz y Francisco Rodríguez (Fisyos Parquesol) y Pilar Quevedo e Isabel Robles (Vida Pilates) deciden iniciar nuevas aventuras empresariales en la capital vallisoletana. Cualquier incentivo económico es importante para ellos. Solicitan y reciben ayudas del programa de subvenciones 'Empresas de Nueva Creación', concedidas por el Ayuntamiento de Valladolid a través de la Concejalía de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio y su Agencia de Innovación.

Pero nunca pudieron sospechar que el dinero recibido tendría que ser destinado a otros fines distintos a los pensados por sus protagonistas con la llegada de la pandemia. La Covid-19 trastocó sus planes, pero las ayudas municipales salvaron sus negocios. «Nos viniero n muy bien para poder afrontar los gastos fijos durante el mes y medio que tuvimos que permanecer cerrados, para mejorar las infraestructuras y servicios que ofrecemos a nuestros clientes e incrementar las medidas de seguridad», recuerda Saori Ruiz, propietaria, junto a Francisco Rodríguez, de Fisyos Parquesol.

En sus instalaciones de la calle Manuel Azaña, 33, estos profesionales ofrecen servicios de fisioterapia y osteopatía; Indiba®, una terapia de radiofrecuencia que permite rejuvenecer y tratar la piel del rostro y cuerpo –su efecto analgésico también sirve como tratamiento para dolores osteomusculares, hematomas o edemas–; presoterapia para personas con problemas circulatorios, piernas cansadas, varices, celulitis...; y servicios de ejercicio terapéutico, tanto pilates como gimnasia abdominal hipopresiva. «Con la irrupción de la pandemia, hemos restringido el aforo en nuestras clases grupales –4 personas máximo– y aplicamos todas las medidas de seguridad», explica Saori, quien recomienda la realización de ejercicio pero con cabeza. «El cuerpo necesita movimiento, y más ahora que muchas personas teletrabajan y pasan mucho tiempo sentadas en sus hogares. Pero ese ejercicio debe estar controlado y regulado por profesionales para evitar problemas».

Emprendedoras a los 50

Después de muchos años de experiencia, Isabel Robles y Pilar Quevedo se hicieron empresarias a partir de los 50 cuando crearon Vida Pilates en la calle Pío del Río Hortega, 14, «un estudio en el que nos dedicamos al movimiento del cuerpo dando clases de pilates, yoga, garuba y mindfulness», explican, a la vez que recuerdan que «solicitamos las ayudas del Ayuntamiento de Valladolid para introducir más instrumentos y aparatos..., pero las tuvimos que emplear en evitar la clausura definitiva del estudio. «Después de tres cierres obligados por la pandemia, el dinero que nos concedieron nos ayudó a sobrevivir y a hacer frente a los gastos fijos».

A pesar de no alcanzar los niveles de actividad anteriores a la pandemia porque los clientes aún tienen miedo, Pilar es optimista, contempla el final del verano como la fecha del retorno a una nueva normalidad y reconoce que, con esta pandemia, «las personas se han dado cuenta de la importancia de moverse y de hacer cualquier tipo de ejercicio porque resulta beneficioso para la salud. Vemos, además, que los clientes no quieren ejercitarse solos sino que desean relacionarse con los demás».

Isabel certifica que los estudios de pilates «son seguros porque cumplen con las medidas de seguridad. En nuestro caso, respetamos el aforo –tres personas máximo–, mantenemos las distancias de seguridad, obligamos a la utilización de mascarillas, cinco extractores y con las puertas abiertas».

Artículo de El Norte de Castilla elaborado en colaboración con la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid