En el año 2004, el Ministro de Japón en su intervención en el G8 puso sobre la mesa las primeras 3R de la economía circular: reducir, reutilizar y reciclar. A medida que han pasado los años, la visión se ha ampliado y actualmente se habla hasta de 10R, aunque algunas de ellas no son exclusivas del nuevo modelo económico.
El modelo de las 'R' abre puertas a empresas y emprendedores para iniciar modelos de negocio diferentes que pongan el foco en algunas de las ideas motoras más circulares que empiezan por 'R' como: reutilización, reparación, renovación, refabricación o la reconversión bajo la atenta mirada de repensar y rediseñar constantemente.
Como señala la concejala de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio, Charo Chávez, «la economía circular es algo más que un modelo económico, trae consigo una nueva forma de pensamiento, una nueva cultura, una visión completamente diferente de nuestra manera de relacionarnos con nuestro entorno…».
Al final, estamos hablando de innovación porque nos encontramos inmersos en una revolución de la que quizá aún no somos del todo conscientes. El salto de la innovación radical que supondrá el uso de la tecnología en todas las esferas de nuestra vida tanto pública como privada, la revolución medioambiental que busca otra manera de relacionarnos con nuestro entorno o la revolución económica, que implica que el modelo de extraer-producir-consumir-y desechar se agota y genera profundas desigualdades.
Las tres revoluciones convergen en una economía que plantea un nuevo modelo en el que los ciclos biológico y tecnológico afrontan un camino circular.
Este camino de ida y vuelta se asienta en tres principios: en primer lugar, preservar y mejorar los recursos naturales de tal modo que se aprovechen al máximo, que se reduzca al mínimo su explotación o bien que se empleen recursos renovables; en segundo lugar, optimizar al máximo el uso de esos recursos, para ampliar su ciclo de vida, impulsando el ecodiseño, como fase primordial del proceso de producción, y en tercer lugar, fomentar que el sistema económico sea lo más eficaz posible, buscando sinergias entre agentes, poniendo la mirada en lo que tenemos más próximo y generando nuevos espacios de trabajo que antes no eran sustanciales.
El cambio de mentalidad permite a las empresas explorar nuevas maneras de hacer las cosas, nuevos modos de generar distintos procesos de simbiosis industrial y de gestión, teniendo en cuenta toda la cadena de valor. Y para ello se necesitan también nuevas herramientas.
Pero llevar a cabo el giro de enfoque no es sencillo. La Concejalía de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio apuesta por el papel que la administración local tiene como catalizador de las condiciones adecuadas para dar los primeros pasos; el objetivo es abrir camino y generar nuevos espacios que impulsen el cambio.
Y éste es precisamente el objetivo del Proyecto Interreg 'Circular Labs', de cooperación transfronteriza entre España y Portugal, financiado con fondos FEDER: promover el emprendimiento circular en el espacio ibérico. La Agencia de Innovación y Desarrollo Económico de Valladolid ha desarrollado diferentes acciones dirigidas a empresas y emprendedores que quieren adentrarse en la economía circular. En este sentido, los proyectos europeos refuerzan la financiación de las administraciones públicas para impulsar el cambio de modelo.
Espacios de emprendimiento
Entre las herramientas que generan nuevos marcos de trabajo, 'Circular Labs' ha puesto en marcha un 'market place', una plataforma 'online' para crear una comunidad virtual entre empresas y emprendedores para el intercambio de productos, servicios y buenas prácticas de la Economía Circular. Impulsará la visibilidad de estos proyectos y la transferencia de conocimiento y metodologías de trabajo. Además, las empresas que se adhieran podrán divulgar sus eventos, noticias o buscar socios.
«Pero también es importante entender», tal y como señalan técnicos de la Agencia, «que en la actualidad hay muchas empresas que no disponen de una sede física», debido a los nuevos modelos de negocio o 'startups', o porque la mayor parte de su actividad se desarrolle en espacios virtuales 'online', o bien porque se opte por otros modelos como los que propician los espacios de emprendimiento.
Por eso «desde el proyecto 'Circular Labs', hemos generado una Red de Espacios de Emprendimiento. Está concebida como un punto de encuentro, tanto virtual como físico, para reforzar el contacto y la colaboración entre los 10 laboratorios urbanos y rurales de economía circular, que se han puesto en marcha en el marco del proyecto, con otros espacios de emprendimiento y centros de innovación del área de cooperación España-Portugal que deseen fomentar iniciativas 'circulares'. La red tendrá un espacio reservado en el 'market place'».
Esta Red se dirige a espacios de 'coworking', servicios de emprendimiento de las universidades, ayuntamientos y diputaciones, viveros de empresas o parques científicos. Se trata de sumar fuerzas entre entidades públicas y privadas para lograr objetivos comunes. Los centros que se unan a la Red podrán registrarse en el 'market place' de forma gratuita.
«La economía circular ve en la cooperación el camino para poder lograr los cambios y generar mayor riqueza con los menores costes posibles permitiendo que lo que extraemos de la naturaleza tenga el mayor aprovechamiento posible, haciendo que no sólo el ciclo biológico sea circular sino que también el ciclo tecnológico, cada vez más desarrollado, permita a las empresas que el círculo se cierre», concluye Charo Chávez.