La innovación aplicada aporta valor a la sociedad
Trovant Technology, una empresa de Valladolid, impulsada por Retorno del Talento, transforma residuos orgánicos en biogás

 

Dos doctores especializados en medio ambiente suman conocimiento, pasión y experiencia para innovar en Trovant Technology. Son ingenieros con el punto de mira en la biotecnología, base de su proyecto empresarial. Tras el doctorado que realizaron en la UVa, la vida los separó en 2010. Alexandre Colzi aterrizó en Brasil y José Manuel Estrada, en Londres. No imaginaban entonces que, a los pocos años, pondrían en marcha un negocio pionero en Valladolid, que genera energía a partir de los residuos.

Una empresa joven, atípica y con muchos reconocimientos en sólo dos años. El último, este mes, 'Sello a la Pyme Innovadora', del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Es un logro importante porque, además de descuentos económicos y fiscales, te certifica como empresa innovadora de I+D y te abre más puertas. Hemos tenido mucha suerte desde el principio porque el proyecto resultaba atractivo y con potencial. Dar el salto a la empresa desde el mundo académico no es lo habitual. Nos han apoyado instituciones públicas y privadas como el Ayuntamiento de Valladolid desde el principio o la Junta de Castilla y León más adelante. Otro premio, el Explorer, de El Banco Santander, nos llevó a Sillycon Valley a conocer empresas como Google, Apple o Facebook… Últimamente, lo más importante ha sido recibir la financiación de 50.000 euros de la UE a través del programa H2020, para desarrollar una tecnología en la que estamos trabajando.

¿Cómo se les ocurre a dos doctores dar el salto a la acción y al mundo de la empresa?

Pues sí…, es bastante atípico. En 2010, mi socio, Alex y yo estábamos haciendo la tesis doctoral en temas relacionados con biotecnología y medio ambiente… Al acabar, estábamos en plena crisis, Alex se fue a Brasil, de donde procede, y yo, a Londres. Más tarde, nos reencontramos trabajando en la misma empresa de tratamiento de residuos y nos dimos cuenta de que habíamos seguido caminos parecidos. Conocíamos la innovación desde el sector público y privado, y la necesidad de que la investigación pueda transferirse a la industria para que aporte valor realmente. Dijimos: 'Nos gustaría hacer las cosas a nuestra manera, con lo mejor de un ámbito y del otro, y que se puedan aplicar'.

–Tras este cruce de destinos, ¿qué empresa montan?, ¿qué es Trovant Technology?

Es una empresa que se dedica al desarrollo de tecnologías basadas en procesos biológicos para aplicaciones medioambientales. Suena abstracto, pero se traduce en utilizar el poder de microorganismos que existen en la naturaleza para aplicarlos en el tratamiento de residuos y, siempre, para obtener algo de valor.

–¿Un ejemplo simple?

Uno de los procesos más básicos es la obtención de energía a partir de residuos mediante la producción de biogás. Pueden ser residuos sólidos urbanos, por ejemplo cáscaras de naranja, de plátano o las aguas residuales… Se alimenta a los microorganismos para que fermenten y al fermentar producen biogás, una mezcla de metano y CO2 que puede utilizarse como el gas natural.

–¿Cualquier residuo orgánico podría generar este tipo de gas?

Exactamente. Nosotros confiamos en la naturaleza. Pones unas condiciones a los microorganismos para que hagan lo que tú quieres que hagan. Las bacterias en ausencia de oxígeno producen este biogás. Lleva tiempo haciéndose en la depuradora de Valladolid, por ejemplo, pero ahora cobra más interés por la preocupación medioambiental.

–UBI (Biological Integral Biogas Upgrading), el proyecto financiado por el programa H2020, ¿en qué consiste?

Es un paso adelante más. Consiste en limpiar ese biogás de impurezas para que tenga la misma calidad que el gas natural. En eso estamos trabajando, en que el biogás que salga de las bacterias tenga la misma calidad que el gas natural y se pueda inyectar en las redes para que llegue a nuestras casas, en vez del combustible fósil tradicional.

–Ahora, ¿están trabajando para generar este proceso?

Eso es. Hemos empezado de cero a desarrollar esta tecnología. Tenemos un pequeño prototipo en el laboratorio, en el Parque Tecnológico de Boecillo, y estamos demostrando que el proceso puede llevarse a cabo. Lo siguiente sería dejar claro que funciona en una planta, y a partir de ahí escalarlo a nivel industrial.

–¿Tienen referencias de esta tecnología en Europa?

Sí, pero no está basada en procesos biológicos. En nuestro caso son los microorganismos los que hacen esa limpieza. Sería más barato usar ese gas y se podría utilizar a escalas más pequeñas. La innovación actual sólo es rentable a gran escala, en una depuradora o en un vertedero, por ejemplo, pero no en pequeñas empresas, como una granja.

–¿Es el momento de patentar esta proceso?

Efectivamente, es fundamental protegerlo. Una patente es la validación independiente de que estás haciendo algo nuevo y que sólo lo sabes hacer tú. Pone sobre el papel la propiedad intelectual intangible de la empresa.

–¿Es difícil comunicar ese aspecto intangible en la innovación?

Sí, pero si la tecnología aporta y marca una diferencia en la vida de la gente es más fácil de comunicar.

–¿Cómo lleva ser emprendedor?

Es un aprendizaje brutal. Desde que fundamos la empresa, no llega a dos años, ha sido como un máster acelerado dándonos de cabeza con miles de problemas, gestiones burocráticas… Pero a la vez, algo que te motiva de esta manera, que ha surgido de la nada y en lo que avanzas paso a paso es muy bonito.

–¿Ha sido importante el apoyo institucional?

Ha sido clave. El primer empujón fue la ayuda de Retorno del Talento, del Ayuntamiento de Valladolid. Fue la oportunidad para arriesgarnos y asumir gastos el primer año. Una tecnología nueva es una inversión a largo plazo y de riesgo alto, de ahí que el apoyo público sea muy importante y más, si el proyecto va dirigido a la industria.

–Un consejo para un empresario quiera innovar...

No lanzarse directamente a la piscina. Planificación y un gran trabajo previo centrado en qué va aportar esa innovación y a quién va dirigida; esto es algo tan importante como la tecnología en sí misma. En definitiva, un buen plan de negocio, que es en lo que estamos trabajando nosotros.

.

(Artículo publicado en El Norte de Castilla el 19 de abril de 2020 en las páginas de Economia en la sección 'Innovación y Desarrollo Económico en Valladolid', elaborada por la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid)