El pasado 1 de abril el Ayuntamiento de Valladolid y la Fundación General de la Universidad de Valladolid (FUNGE), pusieron en marcha un programa de prácticas no laborales con un triple desafío: facilitar la adquisición de conocimientos prácticos y experiencia a los recién titulados, lograr su inserción laboral en la ciudad que les ha formado y contribuir a la modernización del tejido empresarial local.
Se trata de un programa de seis meses de duración, que forma parte del Plan de Empleo del Ayuntamiento, en concreto de su línea de mejora de la inserción laboral, que ejecuta a través de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico. La aportación del Consistorio ha sido de 148.000 euros, con cargo al presupuesto de 2015. La aportación de la Universidad de Valladolid al proyecto, ha consistido en la selección de perfiles de los titulados y de las empresas participantes.
Ahora que las estancias remuneradas en empresas llegan a la mitad de su período de vigencia, es momento de hacer balance, resultando éste muy positivo teniendo en cuenta las numerosas solicitudes recibidas por parte de titulados y empresas. En total, se presentaron 122 solicitudes de empresas para 40 becas, por lo que se realizó una selección en base a los criterios recogidos en el propio convenio. Así, se dio prioridad a aquellos candidatos con titulaciones que presentaban especiales dificultades de acceso al mercado laboral, frente a otras titulaciones que cuentan con un mayor ratio de empleabilidad. También se tuvo muy en cuenta a las empresas que manifestaron la posible contratación posterior de los becarios.
Empresas y titulados valoran muy positivamente estas prácticas ya que permiten a los participantes adquirir elevadas y efectivas competencias profesionales.
Eva Nielfa es una de los 40 jóvenes vallisoletanos que se han beneficiado de estas estancias empresariales, que para ella están resultando "toda una satisfactoria experiencia profesional y personal". El pasado año finalizó su grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos en el Campus de Palencia. Desde entonces ha intentado sin éxito trabajar "de lo suyo". Está desarrollando sus prácticas en la Fundación Rondilla y ahora es ella, como Técnico de Empleo, la que asesora en materia de empleo a colectivos en riesgo de exclusión social. "Es una oportunidad estupenda de adquirir 6 meses de experiencia, algo que todas las empresas demandan y en mi caso, también de enriquecerme como persona, ayudando a aquellos con dificultades para encontrar un trabajo", expone esta joven de 22 años.
"Es una más de la plantilla. Con las mismas responsabilidades que el resto", añade su tutora, Asunción Herrero. "Este programa es muy positivo y nos permite contar en nuestro equipo, con una persona joven con nuevas ideas y conocimientos, y muchas ganas de aprender. La pena es que no duren más tiempo. Estaríamos encantados de contratar a Eva cuando finalice el periodo de prácticas. Al ser una fundación, dependemos de las subvenciones para poder hacerlo", completa Herrero.
Sheila Alonso es otra de las jóvenes participantes del programa. Tiene 26 años, está recién titulada en periodismo por la UVA, actualmente cursando derecho en la UNED, ha podido por fin poner en práctica los conocimientos adquiridos en largos años de estudio. Y lo ha hecho en la redacción de El Norte de Castilla, en su sección digital. “Realizo reportajes, noticias, manejo de redes sociales. Yo nunca había trabajado en un medio de comunicación y es una gran oportunidad para mí de adquirir experiencia, y más en un medio digital que están tan demandados actualmente. Creo que este contrato en prácticas me va a abrir puertas para nuevos trabajos, pero si a pesar de todo no encontrara trabajo, me iría fuera a aprender inglés”, concreta esta joven periodista.
Las becas consisten en 450 euros brutos mensuales y su inclusión en la Seguridad Social, durante de 6 meses, al 80 % de la jornada laboral. Los recién titulados becados son todos empadronados en la ciudad y sin experiencia laboral previa.
Congenia CyL S.L. es otra de las empresas que cuentan con un becario de este programa entre sus filas, Alejandro Pomar, que finalizó hace dos años su Grado en Económicas. “Esta iniciativa nos gusta, porque al percibir ellos un sueldo, tienen la sensación de tener un trabajo de verdad. Nosotros les damos las mismas responsabilidades y confianza que al resto de empleados, haciendo que cada vez vayan realizando tareas más especializadas. Nuestro objetivo es que al finalizar el periodo de prácticas, Alejandro se vaya con la sensación de conocer todas las áreas de la empresa, desde los pequeños trámites administrativos hasta la realización de propuestas comerciales”, explicó Rocío de Juan, responsable del área internacional de esta consultora. “Es una persona muy proactiva, que nos da mucho soporte, y así da gusto enseñar. Igual que él aporta mucho a esta empresa, nosotros también queremos aportarle a él y hacerle sentir necesario. De hecho, tiene muchas posibilidades de que una vez que finalice la beca el 30 de septiembre, continúe con nosotros en plantilla”, añade Rocío.
Se trata pues, de un acuerdo entre Ayuntamiento y Universidad que apuesta por el empleo, y muy especialmente por el de los jóvenes, colectivo considerado de difícil inserción. Un programa que desde el consistorio pretenden mantener, e incluso potenciar para seguir facilitando la adquisición de conocimientos prácticos y experiencia por parte de los estudiantes universitarios. Para ello, se tiene previsto aumentar el presupuesto y número total de becas en 2016. Así mismo, se está estudiando la posibilidad de lanzar una convocatoria piloto de carácter experimental de becas, para aquellas titulaciones y empresas que estén participando en proyectos de internalización y de I+D+i.
(Artículo de Laura Negro publicado en El Norte de Castilla el 9 de julio de 2016. Pertenece a la serie publicada para difundir los programas de fomento del empleo y el emprendimiento, puestos en marcha por el Ayuntamiento de Valladolid)