El contacto con la naturaleza tiene un efecto beneficioso sobre la salud física y mental. ¿Por qué? Nuestro sentido innato de cercanía hacia todo lo vivo se debe a que durante milenios la supervivencia dependió de la relación directa con el medio ambiente. Por esa razón, queremos conectar a diario con lo verde. Una conexión que no siempre es posible debido a la planificación urbanística. Sin embargo, las ciudades se abren cada vez más a potenciar la biodiversidad urbana y a mejorar las infraestructuras verdes para proporcionar beneficios paisajísticos, sociales, emocionales y de calidad de vida.
En esta línea, Valladolid toma la delantera. Se ha convertido en la primera ciudad en España en instalar una gran fachada vegetal en colaboración con un centro comercial, en concreto en un edificio del grupo de distribución mundial El Corte Inglés. Se trata de un jardín vertical que tiene más de 350 metros cuadrados de superficie verde repartidos entre las calles Constitución y Menéndez Pelayo, en el centro de la capital del Pisuerga.
«Está formado por más de 14.000 plantas de 13 especies diferentes, que se asientan sobre una estructura vertical anclada a las fachadas y que se adapta al diseño característico hexagonal. El agua de riego se recircula, bombeada desde la parte baja del jardín nuevamente hasta lo alto, de tal modo que se aprovechan al máximo los recursos», detallan técnicos responsables del proyecto URBAN GreenUP de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid para, a continuación, apuntar que es lo más eficiente y sostenible posible.
Otro punto interesante, subrayan, es la plazuela en la que se ubica este jardín vertical, puesto que ha aumentado la biodiversidad de forma natural, aportando vegetación de diferentes texturas y colores, disminuyendo la contaminación del aire a través de la retención de partículas y la captura de dióxido de carbono, así como atrayendo a ciudadanos, turistas y consumidores. Lo ha conseguido gracias a las diferentes variedades de plantas que se adaptan a las estaciones, aportando dinamismo y vitalidad.
La fachada, que se instaló en pleno confinamiento -de hecho, los trabajos estuvieron parados durante siete semanas debido a las restricciones impuestas para controlar la pandemia provocada por el coronavirus-, es una realidad gracias a la firma de un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Valladolid y El Corte Inglés, a través del cual ambas entidades comparten responsabilidades.
«El Ayuntamiento de Valladolid, a través del proyecto URBAN GreenUP y con financiación municipal, hizo posible la instalación del jardín vertical en su centro urbano. El Corte Inglés se encargó de la estructura de soporte en la que se ancla el jardín vertical, y se encarga actualmente de su mantenimiento, que incluye la aportación de riego y fitosanitarios, así como de la poda y otros aspectos de jardinería», expone Charo Chávez, concejala de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio del Ayuntamiento de Valladolid, quien añade que es «un caso de éxito» entre el sector público y privado para la renaturalización de las ciudades. Es más, quieren exportar este modelo para que se pueda llevar a cabo en otras partes del mundo. «El futuro de las ciudades se escribe desde la colaboración público-privada. Todos los actores se deben implicar para el bienestar de los ciudadanos y las ciudades».
La fachada del proyecto URBAN GreenUP es un ejemplo que los vallisoletanos y visitantes se encuentran al pasear por la comercial calle Santiago, de camino a la plaza Mayor, poco antes de llegar, al girar a la derecha en la esquina de la calle Constitución aparece el espectacular jardín, instalado en ángulo sobre las dos fachadas de El Corte Inglés, en pleno centro.
«Este edificio se identificó como idóneo para albergar el jardín vertical, dado que se encuentra en un lugar conocido, accesible y con visibilidad, en el que es difícil ampliar las zonas verdes debido a las características del casco histórico de una ciudad de origen medieval como Valladolid, con estrechez de calles y restricciones propias de la conservación del patrimonio. Además, estudios iniciales sobre las características constructivas de la fachada la determinaron como apta para albergar esta solución innovadora, y su ubicación coincide con las restricciones de ubicación del proyecto europeo. El jardín contribuye a mejorar el aislamiento térmico y acústico del edificio, entre otros beneficios», explican los técnicos.
Esta fachada tan innovadora ha sido cofinanciada por la Unión Europea y el Ayuntamiento en el ámbito del proyecto URBAN GreenUP, coordinado por el centro tecnológico Cartif. El diseño ha sido realizado por la empresa Singular Green, socio del proyecto europeo y con experiencia acreditada en este tipo de soluciones. El Ayuntamiento licitó su construcción por un importe de unos 210.000 euros, de los que 130.500 euros han sido aportados por la Unión Europea. En virtud del acuerdo de colaboración público-privada, El Corte Inglés ha asumido los gastos de realización de las reformas estructurales en su fachada que han permitido ubicar el jardín vertical, con una inversión estimada de unos 95.000 euros.
José Antonio Lobato, director de Comunicación y Relaciones Institucionales en El Corte Inglés en Castilla y León y Cantabria, señala que el grupo de distribución aceptó con «mucha ilusión este proyecto a la vanguardia porque es la primera fachada verde en un centro comercial en España y también porque entronca muy bien con su estrategia medioambiental, basada en optimización del consumo energético, reducción del consumo de agua, reducción del dióxido de carbono a la atmósfera. «Es un paso muy importante dentro de la economía circular por la que apostamos en nuestro día a día».
Otro punto a favor, en su opinión, es que es un ejemplo muy innovador de colaboración público-privada. «Desde el Ayuntamiento de Valladolid han tenido muy buena disposición». En este sentido, Lobato recuerda que no es la primera vez que colaboran con el consistorio en temas de urbanismo. Hace unos años trabajaron de la mano para la restauración de estatuas emblemáticas como la del Conde Ansúrez, Miguel de Cervantes y José Zorrilla y los cruceros de la iglesia de La Antigua y de San Pablo.
(Artículo publicado en el suplemento de El Mundo Innovadores de Castilla y León, escrito por Estíbaliz Lera en colaboración con la Agencia de Innovación)