El corredor verde más industrial
Renaturalización del polígono de Argales - Proyecto INDNATUR

El polígono de Argales se transformará en un espacio más verde y sostenible gracias al proyecto europeo Indnatur / La concejala Charo Chávez asegura que este tipo de iniciativas contra el cambio climático debe implicar a la sociedad civil, empresas y administraciones con el fin de descarbonizar las ciudades 

El objetivo es dar una vida más sostenible a una zona industrial repleta de actividad. Un reto «complicado, apasionante y necesario» que debe involucrar a la sociedad civil, las empresas y las administraciones para descarbonizar la ciudad y luchar contra el cambio climático. Un aspecto clave, en palabras de Charo Chávez, concejala de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio del Ayuntamiento de Valladolid, que subraya esta idea con un dato del Estudio de Estrategias de Adaptación al Cambio Climático: «En 2030 habrá dos grados más y las lluvias serán más dramáticas, lo que tendrá consecuencias para el urbanismo y los servicios públicos». 

Por este motivo, considera que es hora de trazar el camino para un nuevo modelo energético con el fin de paliar los cambios que sufrirá el planeta. Un aliado, según indica, son las soluciones basadas en la naturaleza, que aúnan el conocimiento de las administraciones, las universidades y la tecnología para garantizar la salud y evitar el uso abusivo y especulativo que sufrirán algunos servicios públicos como por ejemplo, el agua. 

En esta línea, se enmarcan las obras de naturalización del polígono de Argales de Valladolid, dentro del proyecto europeo Indnatur, que está cofinanciado con fondos europeos del programa Interreg-Poctep de cooperación transfronteriza entre España y Portugal. También se va a llevar a cabo una actuación en Braganza, Portugal, para dotar al polígono industrial de Cantarias de un entorno sostenible, tanto desde el punto de vista medioambiental como social, económico y cultural.
Chávez comenta que el polígono vallisoletano se construyó hace más de 60 años, lo que denota algunas deficiencias, como la integración de las zonas residenciales en este tejido. Además, se accede en la mayor parte de los casos con vehículos, no hay mucho tránsito ni de peatones ni de bicicletas. Otro punto es que falta arbolado o cualquier tipo de vegetación junto con el alto porcentaje de superficie pavimentada impermeable –casi al 100% es asfalto y hormigón–. Diferentes aspectos que transforman la zona en una isla de calor, con baja presencia de diversidad biológica y «un tanto inhóspita» para las personas que trabajan o visitan el polígono. 

Esta intervención en el polígono de Argales, que arrancó la semana pasada y está previsto que termine a finales de septiembre, va a servir de demostradora para ver cuáles son las soluciones más beneficiosas para estas áreas. Por este motivo, Rosario del Caz, profesora de la Universidad de Valladolid y coordinadora del proyecto Indnatur, indica que se van a monitorizar algunos puntos como la calidad del aire, la humedad, la temperatura, el confort del espacio, la permeabilidad del suelo, la biodiversidad… tanto antes como después de la obra para ver qué factores cambian o mejoran. 

Sobre este último punto, explica que existen dos elementos verdes como son la acequia de Valladolid y el arroyo Espanta. «Vamos a fomentar la conectividad para favorecer la biodiversidad», apostilla. Por otro lado, aparte de las diferentes mejoras basadas en la renaturalización, van a apostar por la formación de profesionales, emprendimiento y empleo verde y economía circular: compostaje, pruebas de sustratos para las plantas que se fabrican a partir de residuos de construcción y demolición, etcétera. 
«La innovación de este proyecto es que se van a aplicar soluciones basadas en la naturaleza a áreas industriales obsoletas que hasta ahora no se ha hecho», valora Del Caz; también se va a introducir un carril bici para fomentar la movilidad sostenible. 

(Publicado en "El Mundo Innovadores de Castilla y León". Estíbaliz Lera)