Valladolid es consciente de la importancia de la naturaleza, ya que es la base de la salud, la economía y la calidad de vida. Y es que es un hecho que las soluciones urbanas que tienen en cuenta el medio ambiente no solo logran un entorno más agradable, también tienen como objetivo paliar los efectos del cambio climático, a la vez que buscan revitalizar el entorno desde el punto de vista económico y social.
La ciudad toma la delantera y se hace cada vez más resiliente al desarrollar un plan de acción innovador y sostenible que tiene en cuenta distintos enfoques y opiniones y, sobre todo, las necesidades de todos los actores de las diferentes iniciativas que se van desplegando por la ciudad, enmarcadas dentro del proyecto europeo URBAN GreenUP.
La última de las intervenciones es la instalación de toldos vegetales en la calle Santa María que, aparte de contar con una tecnología «pionera» en soluciones basadas en la naturaleza, apuesta por una renovación del sistema de alumbrado con luminarias tipo led de bajo consumo con detectores de presencia. Este último aspecto, según indican los técnicos responsables del proyecto URBAN GreenUP de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid, es clave para disminuir la contaminación lumínica de la ciudad; si no detectan al peatón ofrecen una iluminación tenue y si detectan a una persona, el nivel aumenta al 100% para mejorar la visibilidad de los transeúntes.
Los toldos son estructuras triangulares que cubren parte de la calle con el objetivo de reducir la temperatura y filtrar las sustancias contaminantes mejorando la calidad del aire. Ambos aspectos entroncan con la mejora estética, lo que ayudará, explica Charo Chávez, concejala de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio del Ayuntamiento de Valladolid, a revitalizar la actividad comercial. En este punto, la edil lamenta que esta sea una de las vías que más cierres de comercios ha sufrido en el último año. «Queremos que se convierta en un gran corredor verde para revitalizar la calle y que se llene de nuevos negocios». Además, esta actuación, por su posición estratégica, se complementa a la perfección con la fachada verde ubicada en el centro comercial de El Corte Inglés, la cubierta de la plaza España, los jardines verticales móviles y la escultura vegetal de las letras de Valladolid.
Estos nuevos compañeros, incide Chávez, aportan beneficios ambientales, sociales y económicos. A nivel ambiental, «mejoran la calidad del aire, ya que la vegetación captura CO2; generan frescor a través de la retención de humedad, contra el efecto isla de calor, e incrementan la biodiversidad con la fauna asociada a la vegetación: pájaros, insectos…». Y, además, generan bienestar. «Muchos estudios apuntan que los elementos verdes hacen que las personas se sientan mejor y mejore su salud». A nivel económico, «pueden atraer turistas» o ser un acicate para el consumo local en un centro urbano más atractivo: «Lleva asociado un incremento de la actividad económica y revaloriza las zonas comerciales».
¿Cómo funcionan? Jordi Serramia, arquitecto y fundador de SingularGreen, pyme especializada que forma parte de URBAN Green UP, detalla que la pieza fundamental es la cercha metálica, puesto que es el hilo conductor tanto del sistema eléctrico como de riego. El punto de partida es un quiosco que estaba en desuso y han rehabilitado para utilizarlo como centro de operaciones del proyecto. Alberga tanto los tanques de agua y fertilizante para el riego como el sistema eléctrico.
«El agua sale del tanque y es bombeada hasta el inicio de la intervención, es decir, hasta el primer toldo que está situado pegando a la calle Santiago. Desde ese punto por gravedad llega al resto de los toldos». A esto se suma que también la cercha metálica recoge el agua de lluvia, que se analiza dentro del quiosco para comprobar que cuenta con la calidad y el pH óptimos para su reutilización. Con la cercha metálica, agrega, se evita un bombeo de ida y otro de vuelta, al tiempo que se generan zonas de sombra y se aporta un valor añadido.
Este proyecto, señala Alicia Villazán, técnico de la Agencia, ha despertado interés y dudas de la ciudadanía que el Ayuntamiento ha resuelto. Una de las cuestiones que se pusieron encima de la mesa, por ejemplo, fue la intervención de los Bomberos en caso de emergencia. En este sentido, se ha realizado un protocolo para desmontar los toldos vegetales sin que sufran ningún daño ni tampoco afecten a los trabajos de los equipos de intervención. Las estructuras cuentan con un engranaje especial, diseñado por los profesionales de SingularGreen para desengancharlos de manera sencilla y rápida y solucionar este tipo de incidencia.
El diseño único de los toldos vegetales de la calle Santa María de Valladolid es otro aspecto que subrayan los técnicos. No se han instalado en ningún otro lugar, así que podrían ser un espejo para otras ciudades que buscan revitalizar aquellas zonas con pocos o ningún espacio verde. Las distintas variedades de plantas seleccionadas para que colonicen toda la estructura, incluso los cables metálicos, forman un festival de colores que cambia en función de la floración y las distintas estaciones del año.
Una apuesta por la innovación verde en la que cada aspecto se ha tratado con distintos especialistas para buscar las mejores soluciones. «Este proyecto es una oportunidad perfecta para diseñar todo el recorrido natural por el centro de la ciudad. Estamos muy contentos de poder poner nuestro granito de arena en este tipo de actuaciones y nos gustaría hacerlo en más ciudades. Todo es tecnología española para brindar soluciones eficientes, sostenibles e innovadoras», concluye Jordi Serramia.
Artículo de Estíbaliz Lera publicado en el Diario de Valladolid. Suplemento Innovadores