Una empresa con alma es aquella que es capaz de transmitir a sus empleados, clientes y proveedores, el compromiso por un proyecto común. Atlas Innovative Engineering S.L.U. es un buen ejemplo de ello. Se trata de una empresa nacida en Valladolid, que ha sabido generar la energía, voluntad y motivación necesarias en su plantilla para lograr la consecución de todos sus objetivos. “Somos un equipazo”, afirma convencido Diego Cuasante, director general de esta start up situada en pleno corazón de la calle Santiago. “Entre los 10 trabajadores de la empresa, existe una excelente relación y gran compenetración. Ese es nuestro gran valor diferencial”, continúa el director.
Y ha sido este gran compromiso mutuo entre la compañía y sus trabajadores, el que le ha valido a Atlas ser una de las empresas beneficiarias de la subvención para el fomento de la contratación de personas desempleadas, correspondiente al Plan de Empleo puesto en marcha desde el Ayuntamiento de Valladolid en el último cuatrimestre de 2015.
Han sido 6.000 euros a fondo perdido, 3.000 por cada trabajador, los que ha recibido Atlas por la contratación a jornada completa de Alberto Ibáñez, un editor de datos geoespaciales en paro y Santiago Cubillo, Ingeniero Técnico Forestal, también en situación de desempleo. Atlas, además, ha cerrado el año con la alegría de haber recibido otra subvención también por parte del Ayuntamiento de Valladolid, ésta vez por ser empresa de nueva creación y con una dotación de 2.250 euros.
Diego Cuasante, Tomás Cabezudo y Rubén Garañeda son sus socios fundadores. Desde julio de 2014 ofrecen soluciones innovadoras y de alta precisión en inspección, inventario, cartografía y análisis de activos en los sectores de utilities de energía, forestal, infraestructuras y medio ambiente. La mayoría de sus servicios comienzan escaneando con un láser montado en aviones o helicópteros, aquellas zonas sobre las que van a trabajar, como bosques o líneas eléctricas. Así obtienen rápidamente millones de datos en tres dimensiones con precisión de centímetros. Pero su trabajo no termina en la adquisición del dato, sino en el posterior análisis hasta ofrecer productos finales listos para ser usados en el ámbito de la ingeniería, como inventarios forestales y cálculos de riesgos en infraestructuras eléctricas. “Desarrollamos un software de proceso de la información propio y a medida para cada cliente. Nuestros servicios son punteros a nivel nacional”, informan.
Multinacional noruega
Para los tres, ésta es su primera experiencia emprendedora. Siempre habían trabajado por cuenta ajena y todos en la misma empresa, Blom Sistemas Geoespaciales S.L.U., una multinacional noruega con sede en Valladolid que cerró tras un concurso de acreedores. “Con 50 años lo tenía muy complicado para encontrar trabajo y las oposiciones, en mi caso, tampoco eran una buena alternativa”, explica Tomás, quien llevaba 24 años como responsable de sistemas. La solución a su situación pasaba por emprender y montar su propia empresa, y así poder seguir haciendo aquello que mejor sabía hacer.
Echaron a andar con un capital social de 55.000 euros, procedente de fondos propios. “Era una cantidad acorde a nuestras posibilidades y que servía para demostrar a nuestros clientes, que el proyecto iba en serio”, explica el director general. Más tarde recibieron apoyo de dos entidades financieras, que les concedieron dos líneas de crédito. La compañía ya cuenta con importantes organizaciones en su cartera de clientes, tanto nacionales como internacionales.
“Cada vez que necesitamos nuevos recursos no dudamos en contar con nuestros antiguos compañeros, ya que sabemos cómo trabajan y estamos seguros de que van a responder dando el 200%”, afirma Rubén socio de la empresa y responsable de producción.
Alta cualificación
Así, cuando han tenido la necesidad de reforzar su plantilla, han recurrido a compañeros de su anterior empresa. Los últimos en incorporarse han sido Santiago Cubillo y Alberto Ibáñez. Éste vio todas como todas sus esperanzas profesionales se derrumbaban con el cierre de la empresa en la que estuvo trabajando 18 años. “Enseguida me puse a buscar un nuevo empleo. Hice entrevistas pero veía muy complicado encontrar algo de lo mío, por eso me planteé cambiar de sector e intentar buscar trabajo de comercial”, explica este experto en análisis de datos topográficos, que se llevó una enorme alegría cuando sus compañeros le llamaron para entrar a formar parte de Atlas. “Esta subvención viene muy bien para la tesorería de la empresa, pero también para mi como trabajador, ya que me da la tranquilidad de tener un trabajo estable durante unos meses”, añade.
Su compañero Santiago, tras 10 años trabajando como jefe de proyecto, también pasó a engrosar las listas del paro. Lejos de desanimarse, inició pronto la búsqueda de empleo y barajó la posibilidad de emprender por su cuenta. “Los meses que stuve desempleado me planteé darme de alta como autónomo para elaborar planes cinegéticos y planes técnicos de ordenación, pero finalmente recibí la llamada de Atlas y opté por trabajar con ellos. Me alegra que por mi contrato hayan recibido una ayuda del Ayuntamiento de Valladolid. Está muy bien que se apoye a las pequeñas empresas para mantener y aumentar su plantilla de empleados, para que así consigan mayor volumen de trabajo”, expone este ingeniero técnico forestal.
Esta inyección de capital procedente de las dos líneas de subvenciones del Ayuntamiento de Valladolid, permitirá a los socios de Atlas sufragar parte de la inversión inicial en equipamiento informático y reforzar su plantilla. “Es muy difícil emprender. Toda ayuda es poca y éstas que hemos recibido, las agradecemos infinito”, concluye Diego.
Artículo de Laura Negro publicado en El Norte de Castilla el 11 de enero de 2016
Es el tercero de la serie de artículos que se publican para difundir el Plan de Empleo Municipal 2015 puesto en marcha por el Ayuntamiento de Valladolid